Hablar de Helados Italianos Fuoli es hablar de la historia de la heladería, no solo en Zaragoza, donde están instalados desde 1934, sino de toda Europa. Procedente de la zona de las Dolomitas, norte de Italia, el abuelo de Alfonso Fuoli llegó a Zaragoza, tras un azaroso recorrido por la convulsa Europa de la primera mitad del siglo XX. Hoy, casi un siglo después, Helados Italianos Fuoli es una de las marcas más consolidadas en la capital
del Ebro, con varias heladerías repartidas por el centro, el casco histórico y algunos barrios de Zaragoza.
Alfonso Fuoli, desde su obrador de la heladería de Independencia, una de las que más afluencia de publico registra, destaca de sus helados «la frescura, la inmediatez entre la elaboración y el consumo, pues elaboramos los helados diariamente y siempre con producto de temporada».
Entre los sabores que ofertan, afirma, «los que más éxito tienen son los de variedades clásicas —vainilla, chocolate, turrón, limón…—, aunque últimamente hemos incorporado bastantes novedades». Su método de elaboración es el que heredó de sus antepasados, «la fórmula típica
del norte de Italia, donde se trabajan muy bien las cremas».
Helados Italianos Fuoli cuenta con otro obrador en su establecimiento de Gran Vía y con pequeñas heladerías en Delicias, Don Jaime, plaza Sas, y César Augusto. Todas abren todos los días, desde el 1 de marzo hasta el 30 de octubre.