«La gastronomía es la máxima expresión de nuestra agroalimentación»
Joaquín Olona Blasco
Consejero de agricultura, ganadería y medio ambiente del Gobierno de Aragón
Joaquín Olona, ingeniero agrónomo, se dedicó, durante décadas, a tareas técnicas y directivas de consultoría en los campos del desarrollo rural y la ingeniería agroalimentaria. En 2009 fue nombrado decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, cargo que ocupó hasta que, en 2015, fue designado consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, actual Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que sigue dirigiendo.
Pregunta.- Su Departamento está realizando una fuerte apuesta por la promoción de los alimentos de Aragón, ¿puede hacer un balance de esa estrategia?
Respuesta.- Lo que hicimos fue retomar la política promoción agroalimentaria que en su día impulsó el consejero de Agricultura Gonzalo Arguilé y que, desgraciadamente, se vio interrumpida. Nos ha costado mucho reiniciar esa maquinaria, pero estoy bastante satisfecho, sobre todo por la acogida que está teniendo por parte del sector, que está comprometido y nos está ayudando muchísimo.
P.- ¿Se está traduciendo en incremento de ventas?
R.- El sector agroalimentario está teniendo un crecimiento importante, pero sería puro oportunismo atribuir estos datos a nuestras campañas. Aunque el objetivo de la promoción no es otro que el de aumentar las ventas, somos conscientes de que no tiene un efecto inmediato.
P.- Aumentar las ventas y todo lo que ello conlleva en el mundo rural…
R.– Aumentar las ventas es la manera de conseguir nuestro objetivo político: que el sector agroalimentario contribuya a mejorar la renta de los agricultores, a la generación de valor añadido en el territorio y, en definitiva, al desarrollo rural.
P.- ¿Qué papel cree que tienen las figuras de calidad diferenciada en el desarrollo del sector agroalimentario?
R.- Siendo la potencia agroalimentaria que somos, no podemos renunciar a los mercados nacionales e internacionales, en los que la diferenciación es determinante. Además, tenemos un reto colosal: en nuestra agroalimentación, la calidad diferenciada no supone más de un 6 % de las ventas y gran parte lo absorbe el vino. Tenemos una oportunidad y un recorrido enormes.
P.– ¿Y la gastronomía?
R.- La gastronomía es la máxima expresión de la agroalimentación. Tenemos que conseguir que nuestra agroalimentación impacte e influya en la buena gastronomía por dos motivos: porque es parte de nuestra cultura y porque es la mejor manera de poner en valor nuestros productos.
P.- ¿Qué importancia tienen las sinergias entre todos los agentes implicados en materia de promoción?
R.- Para aspirar al éxito, son fundamentales. Cada eslabón debe hacer su trabajo, a su escala. A propuesta del sector, el Gobierno de Aragón ofrece un paraguas de promoción común que representa a toda la agroalimentación, pero la promoción institucional no es suficiente: las empresas, cooperativas, etc. deben hacer sus propias campañas. Y esa suma tiene que redundar en incremento de ventas y en que los alimentos de Aragón tengan el reconocimiento que todavía, seamos conscientes, no tienen fuera de Aragón. Esto nos debe unir, no nos equivoquemos compitiendo entre nosotros porque los mercados más importantes están fuera.
P.- ¿Qué nuevos propósitos tiene para este 2022, en materia de agroalimentación?
R.- Queremos consolidar la agricultura familiar, un modelo que no podrá sobrevivir sin una estructura agroindustrial y sin unas redes de comercialización fuertes, que hagan llegar los productos de las explotaciones familiares a los mercados locales y globales. Y ambos, el modelo familiar y el agroindustrial, necesitan de una comunicación profesional que explique con rigor, claridad y verdad a la sociedad cómo son nuestros alimentos, las garantías que ofrecen y ponerlos en valor.
«Las ventas, la gastronomía, la promoción… todo tiene que contribuir a mejorar la renta de los agricultores y con ello mantendremos vivos nuestros pueblos»